viernes, 30 de abril de 2010

EN TINIEBLAS

La cornisa y el vacío
parpadean lluvia
en tus pestañas de hielo
que olvidan la distancia
y sonríen a la luna
cómo polilla en noche de verano.
No me perdones el sueño
porque en él te seguiré amando.

Acariciaré tu cuerpo
tu piel helada de deseos
que me abandonan
cansados de esperar.

Te amaré como nunca
descubriré tus ocultos valles
vírgenes de oscuridad
donde se esconde el beso
y el volcán se hace lava.

En la cintura de tu frente
enroscada a tu pecho
te besaré despacio
al abrazo de tus manos

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